Los 100 grandes guitarristas argentinos: del 70 al 84

Segunda entrega del listado: Leo García, Manza, Nicolás Bereciartúa, Pablo Guyot y más; opiná

 ELECTRIFICADO Por veinte años, la guitarra de Righi fue el andamio firme del caos bersuitero.

70. Nicolás Bereciartúa
De niño, Nicolás Bereciartúa solía quedar impresionado frente a la mera presencia de Pappo, compañero de su padre, Vitico, en Riff. "Nico lo tiene incorporado al Carpo", dice Vitico, a la hora de definir las cualidades de su hijo como guitarrista. Creció influenciado primero por Napolitano, entonces, pero luego incorporó los yeites de Jimi Hendrix, Jimmy Page, Ritchie Blackmore, y Duane Allman en slide. Fue la segunda guitarra de Riff en sus últimos shows, y está presente en la formación de Viticus desde sus orígenes. "Nico es, lejos, el mejor guitarrista de slide del país", dice Vitico sin disimular el rockero orgullo paternal.


71. Gonzalo Córdoba
En los 90, Gonzalo Córdoba probó lo que valía como guitarrista de Suárez, banda de culto por excelencia en la que logró combinar noise y pop. Su habilidad para expandir la sonoridad de las canciones le valió el llamado de Gustavo Cerati para la gira de Fuerza natural, y también de Vicentico, con quien toca actualmente. "Gonzalo es lo suficientemente fuerte como para no destacarse sobre los temas de otros", dice el cantautor Adrián Paoletti, ex líder de Copiloto Pilato. Y agrega: "Tiene una personalidad mimética: sabe conservar la identidad propia de la canción y, al mismo, tiempo potenciarla."


72. Maximiliano Timczyszyn
Aunque en su altar se mezclan George Harrison, Keith Richards, Hendrix y Pappo, el guitarrista de Guasones no duda en señalar la influencia decisiva de Botafogo. "Fue el que me invitó a estudiar sin miedos. Y ese encuentro modificó no sólo mi forma de tocar, sino también mi manera de ver la vida misma dentro de la música. Un grande, el Bota. Nunca me animé a decírselo", confiesa ahora Timczyszyn. Con sus Telecaster y Les Paul, despliega una versatilidad y una precisión poco frecuentes en la escena.


73. Maneco Sáez Germain
"Maneco es el capitán musical de Mimi Maura", dice Sergio Rotman. "Es un maestro de la improvisación y la rítmica, producto de una escuela jazzera que no le hizo asco al rock." Sáez Germain es un guitarrista ecléctico, que domina el rasguido del reggae y del rocksteady y que transmite la impronta dramática del bolero y los aires lúdicos de otros ritmos caribeños, pero que además ha transitado el terreno del lounge junto a Sergio Pángaro & Baccarat. También fundó Abisal, uno de los grupos pioneros del surf-rock local.


74. Franchie Barreiro
La Mancha de Rolando peleo el ascenso a la primera división del rock nacional con un sonido con ascendente en los paisajes ruteros de Creedence Clearwater Revival. La primera guitarra de Francisco "Franchie" Barreiro articuló hits como "Mago de la lluvia", "Calavera" y "Arde la ciudad". Su estilo evidencia también un gran fanatismo por Led Zeppelin, pero además manipula un arma secreta: su intenso modo de tocar con slide. "Me encanta tocar, porque genera colores, fondos musicales", describe él. "Lo que produce un slide, molecularmente, es increíble: por ahí son tres notas, pero te rompen la cabeza."


75. Nacho Smilari
Nacho Smilari fue uno de los guitarristas más virtuosos y requeridos del rock argentino de fines de los 60 y principios de los 70, con un sonido distorsionado y un fraseo blues-rock influenciado por el Eric Clapton de Cream. Dejó su impronta en una veloz estela que atravesó La Barra de Chocolate, grupo liderado por Pajarito Zaguri, a quien también acompañó en Piel de Pueblo -más inclinado al hard rock-, tras un breve paso por Vox Dei. Grabó dos álbumes con Cuero, antes de desvanecerse durante décadas, para reaparecer en Algún rayo, el disco más reciente de La Renga.


76. Manza Esaín
El ex Menos Que Cero y actual Valle de Muñecas quería "una guitarra bruta, que se banque el golpe de mi manera de tocar, tan rítmica", así que se hizo construir una Telecaster por el fallecido luthier Horacio Lista. Educado en la tradición del punk mod de los 70 y el nuevo rock americano de los 80, Manza Esaín maneja los climas a partir de la intensidad con la que ataca su instrumento: suave para un sonido limpio, y con violencia para una distorsión saturada. Entre ambos extremos, despliega su abanico de recursos, que lo han convertido en productor especializado en sonido de guitarras.


77. Pablo Guyot
El pulso exacto de metegol, aquel disco que introdujo a Raúl Porchetto en los años 80, la explosión del Zas de Miguel Mateos a bordo de los hits de Huevos, o las ilustraciones detallistas en Piano bar son los rastros desperdigados por este guitarrista casi secreto. Hasta en G.I.T., su primera banda estable, la presencia de Pablo Guyot siempre se corrió de la primera línea del escenario. Menos es más, una fórmula que también lo ubica como un hábil productor, nunca funcionó mejor que con aquella Les Paul mientras Charly García le cantaba a los raros peinados nuevos.


78. Osky Righi
Por casi dos décadas, la guitarra de Osky Righi fue el andamio que sostuvo el caos de Bersuit Vergarabat. Esa es su función: ordenar desde el ritmo y verificar que todo suceda en sus debidos tiempo y espacio, chapeando con el empuje rockero de su sonido distorsionado y la efectividad pop que también emplea cuando le toca producir (es co-responsable, junto a Pepe Céspedes, de Obsesionario de Tan Biónica, por ejemplo). Tras la separación, quiso lanzarse como solista pero terminó congregando a la diáspora bersuitera en De Bueyes. En esta nueva etapa de Bersuit sin Cordera, compuso el single "Cambiar el alma".


79. Leo García
Desde que, al promediar los 90, apareció en el radar del rock nacional con Avant Press, Leo García se ocupó de construir su imaginario casi obsesivamente alrededor del pop. Sin embargo, después de tocar un blues durante una breve entrevista televisiva con Diego Mizrahi, declaró: "Para mí el género madre es el folclore, por eso toco una criolla". Con la más simple de las guitarras, Leo es capaz de versionar tanto a la leyenda tropical Gilda como a héroes del rock de la dimensión de Pappo o Tanguito, atacando las cuerdas con la seguridad de quien ha descubierto el mínimo denominador común de la canción, convirtiendo a su criolla en una pequeña orquesta autosuficiente.


80. Dizzy Espeche
Daniel "Dizzy" Espeche abreva en el funk, el soul y el jazz para darles vida a esos solos vibrantes que se distinguieron en las bandas de Emmanuel Horvilleur y de Fito Páez. Entre ambos trabajos, un océano de distancia. "Emma me pedía: «Negro, bajá el volumen», y después Fito me dijo: «Hijo, no te escucho.». Cada uno tiene conceptos de sonido diferentes; yo sólo trato de adaptarme", cuenta este prolífico guitarrista que ahora despunta su vicio al frente de un trío que remite a Hendrix y George Clinton por igual. Una síntesis del look que pela Dizzy en escena.


81. Gori
"Primero abandoné los pedales, luego dejé de usar distorsión, y ahora ni siquiera toco la eléctrica", decía Gori al momento de abrirse de la escena hardcore, en la que había militado desde los 16 años (se fue por la puerta grande, después de girar con Fun People), para colgarse la acústica y darle forma a Fantasmagoria. En ese camino hacia lo esencial, Gori se transformó en un guitarrista más contundente, un cowboy urbano capaz de tocar los riffs del rock & roll, el glam y la psicodelia, y de darles a las canciones un esqueleto sólido desde la composición.


82. Lisardo Alvarez
Lisardo Álvarez fue el elegido por Andrés Giménez en 2006 para construir D-Mente y así sepultar el fantasma de a.n.i.m.a.l. Antes, Lisardo había tocado en Totus Toss, promesa diluida del nü metal argentino. En D-Mente, es un auténtico guitar hero que enciende solos de fuego con sus dos queridas Gibson: "A mí me gustan todas las guitarras, pero si me das a elegir, elijo Gibson, porque me encanta ese sonido". Fue su guitarra, justamente, la que potenció el repertorio que León Gieco reconvirtió al rock heavy para el disco Un León D-Mente.  


83. Niño Elefante
Niño Elefante, apodo de Gustavo Monsalvo, sintetiza con la primera guitarra de los platenses El Mató a Jonny Greenwood de Radiohead y el legendario guitarrista de los Redondos, Skay Beilinson. "Me gusta pensar que «El pibe de los astilleros» y nuestro «Amigo piedra» tienen algo en común", dice Niño Elefante. "En nuestros shows, se la corea en los punteos, que es algo que no veo en otras bandas de ahora. Supongo que eso me diferencia." Multiinstrumentista y fanático de los delays (su favorito: el Electro-Harmonix Memory Man), la base de su sonido de guitarra es la combinación de una distorsión overdrive con el pedal ruso Big Muff.


84. Luis Borda
Aunque en los 90 se radicó en Alemania, y se convirtió en un prestigioso guitarrista de tango, Luis Borda comenzó tocando rock progresivo al frente de Ave Rock, un quinteto de arreglos elaborados que emulaba al primer King Crimson. El debut homónimo de ese grupo (editado en 1974) es una auténtica joya del género, con el guitarrista mostrando conceptos de vanguardia para la época y ostentando una técnica notable. Ya en los 80, Borda se volcó hacia una música urbana con elementos del tango, y acompañó a músicos como Rodolfo Mederos, Litto Nebbia, Emilio Del Guercio y León Gieco.

 

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Fuente: RollingStone Argentina.
Foto: Agustín Dusserre.
Videos: YouTube. 

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