En medio de la semana, Panza
se presentó en La Trastienda. Luego de tocar en el ND/Ateneo el año
pasado, continúan por la senda de los shows un tanto más convocantes,
con una gran respuesta de su público.
Algunos minutos después de las 21, el piso comenzó a vibrar con la
guitarra de Sergio Álvarez, la batería de Augusto Urbini y el bajo de
Franco Barroso. Y la voz de Mariana Bianchini, obviamente. Las cabezas empezaron a asentir y los pies marcaron el ritmo de “Lo Mejor y lo
peor”, “Callate nena” y “Que me vengan a buscar”.
Siguieron “Electroshock” y “El amor y las tormentas”, ambos
pertenecientes a “La madre de todos los picantes”, disco triple editado
en 2010. La voz de Bianchini, esa mezcla agradable entre dulce, rockera y
potente, le puso letra a “Maestro miseria”, “Triple X” y
“Cuernoenpanza”. Por momentos tomaba su megáfono y jugaba con él; por
otros, usaba los gritos guturales, dándole una excelente tonalidad a sus
canciones.
Cerca de la mitad del show, el cambio de vestuario se hizo presente
en el escenario. Bianchini sacó su remera rayada con el “Tu peor
pesadilla pop” en su pecho. Como no serlo con ese rock potente que Panza
presenta en cada uno de sus discos, reflejado también en sus shows en
vivo. “DNI”, “Infanticidio” y “Mundo rock” llevaron al concierto a su
punto máximo.
Para el final quedaron “Pop Star”, “Nadie baila solo en Bali” y
“Panza”. Con un cierre a puro pogo y brazos en alto y un aplauso eterno
despidió a los cuatro “panceros” abrazados sobre el escenario. Las luces
de La Trastienda se encendieron con la promesa de un pronto reencuentro
entre el rock más potente de Panza y su público fiel.
Fuente: www.rock.com.ar / Foto: Cecilia Blasco.